La CoQ10 - Su impacto en la fertilidad femenina

Los problemas de fertilidad asociados con el envejecimiento de la madre son una preocupación cada vez mayor para aquellas que desean concebir. Es bastante conocido que la calidad y la cantidad de óvulos femeninos disminuyen a medida que una mujer envejece; y también es importante tener en cuenta que este declive relacionado con la edad tiene lugar independientemente de los ciclos ovulatorios y la menstruación ^[1]. Un tema que no se discute mucho es por qué sucede esto y también qué puede hacer una mujer al respecto. El riesgo de perder su capacidad reproductiva cambia la vida y puede agregar presión y estrés constantes a las mujeres que desean tener hijos. Esto siempre está presente en los tiempos actuales ya que un número cada vez mayor de mujeres posponen la maternidad para más adelante en sus vidas. El propósito de este artículo es analizar los hallazgos de la investigación que relacionan la coenzima Q10 (comúnmente conocida como el producto de salud natural CoQ10) y su relación con la fertilidad.

La coenzima Q10 es un antioxidante celular ^[2]. Es comúnmente conocido que el suministro de antioxidantes es vital, especialmente a medida que envejecemos, para desactivar los radicales libres y prevenir algunas formas de daño celular. Se ha demostrado que posee capacidades de protección contra el daño por estrés oxidativo en las mitocondrias de ciertos órganos y como depurador de radicales libres ^[3]. La coenzima Q10 es ampliamente conocida por su potencial para mejorar la salud cardiovascular, pero tal vez su potencial para tratar los problemas relacionados con la fertilidad se conozca menos. La CoQ10 está involucrada en la producción de energía de la célula, particularmente en la parte de la célula llamada mitocondria. Esta producción de energía afecta muchos procesos celulares bioquímicos en el cuerpo. Se ha encontrado que hay una disminución gradual, relacionada con la edad, en los niveles tisulares de CoQ10 ^[2]. En humanos, se cree que las concentraciones de CoQ10 tienden a disminuir después de los 30 años de edad en algunos tejidos ^[1]. La disminución de la CoQ10 se ha correlacionado con la disminución de la fertilidad ^[1]. Se cree que la principal fuente de CoQ10 proviene de la producción endógena ^[1], es decir, la que se produce dentro de nuestros cuerpos, en vez de provenir de fuentes externas, como la dieta, ya que la biodisponibilidad de la CoQ10 a partir de la dieta es muy baja ^[1] por lo que difícil para una persona obtener este nutriente en cantidades suficientes a través de la ingesta de alimentos.

En términos generales, una de las principales razones por la cuales la capacidad reproductiva de las mujeres tiende a disminuir con la edad se puede atribuir a una disminución en la función de las mitocondrias ^[1]. La mitocondria es la parte de la célula que es, en gran parte, responsable de la producción de energía. La CoQ10 también se produce en las mitocondrias de la célula y se asocia con el proceso de producción de energía. Se ha observado en las poblaciones femeninas tanto de humanos como de ratones que hay una disminución relacionada con la edad en la calidad y cantidad de óvulos; sin embargo, también se ha encontrado que este declive relacionado con la edad podría mitigarse simplemente a través de la administración de CoQ10 ^[1]. Los investigadores que estudian poblaciones animales han observado que no solo las tasas de ovulación mejoraron en las poblaciones tratadas con CoQ10, sino que también encontraron menos óvulos envejecidos en la población tratada con COQ10, además de que la calidad del óvulo era similar a la de las poblaciones más jóvenes ^[1]. La producción de energía también mejoró con la administración de CoQ10 ^[1] en este mismo estudio, lo que puede explicar la mejora en la calidad del óvulo, ya que la CoQ10 estimula la producción de energía en la célula y contribuye a la calidad juvenil de los óvulos de la mujer ^[1].

En un estudio en el que se utilizó una población animal, se encontró que aquellos ratones hembra que recibieron suplementación de COQ10 durante 18 semanas tuvieron un aumento significativo en el número de óvulos exitosamente ovulados y una mayor producción de energía mitocondrial en los óvulos ^[2]. Los mismos investigadores también encontraron que los ratones involucrados en la exposición prolongada a la CoQ10 también tenían una menor tasa de declive de la reserva ovárica y restablecían sus resultados reproductivos a un nivel comparable al de los ratones hembras jóvenes [2].

Aunque el síndrome de ovario poliquístico (SOP) no es la única razón por la cual una mujer puede estar teniendo problemas de fertilidad, puede ser relativamente común y puede ser la causa de la infertilidad; algunas fuentes afirman que el 40% de las mujeres con SOP experimentan problemas de fertilidad [4]. Un medicamento común utilizado entre las mujeres con SOP es el citrato de clomifeno. Este medicamento se usa para ayudar a inducir la ovulación. Los investigadores examinaron los efectos del citrato de clomifeno combinado con la administración de suplementos de CoQ10 versus el medicamento solo sin la adición de la CoQ10 para la inducción de la ovulación, específicamente en un grupo de mujeres con síndrome de ovario poliquístico resistente al citrato de clomifeno. Examinaron varios factores, incluida la ovulación, las tasas de embarazo clínico, el número de folículos de medidas deseables y el grosor endometrial. Lo que encontraron es que la ovulación se produjo el 65,9% del tiempo (en 54 de 82 ciclos) en el grupo que utilizó la CoQ10 junto con el medicamento frente al 15,5% de las veces (en 11 de 71 ciclos) en el grupo que utilizó el citrato de clomifeno solo ^[5]. También encontraron que la tasa de embarazo clínico fue significativamente mayor en el grupo tratado con CoQ10 y citrato de clomifeno versus el grupo tratado con el citrato de clomifeno solo ^[5]. El número de folículos y el espesor endometrial medido también fue favorable en el grupo de CoQ10. Estos hallazgos sugieren que hay un impacto directo de la CoQ10 que puede ser beneficioso en una población de mujeres que tienen síndrome de ovario poliquístico, particularmente cuando se trata de la ovulación y las tasas de embarazo clínico ^[5].

Curiosamente, los procesos mitocondriales que proporcionan energía a los óvulos son de lo que dependen los óvulos de mamíferos y el embrión temprano, según afirman los investigadores, para obtener su suministro de energía ^[2]; por lo tanto, si el suministro de energía de los procesos mitocondriales se ve afectado, esto impacta directamente los óvulos de una hembra de mamífero. Además, los investigadores también observaron que parece no haber una disminución relacionada con la edad femenina en los resultados del embarazo cuando se usan óvulos de donantes ^[2] de una población más joven, lo que confirma la importancia de abordar la calidad y cantidad del óvulo en hembras más maduras cuando se trata del embarazo. Por otra parte, se ha demostrado que no sólo el potencial de fertilización de los óvulos está directamente ligado a la producción de energía de las mitocondrias, sino también el potencial de un embrión, un óvulo fertilizado, para implantarse en el útero se correlaciona directamente con el contenido de energía del embrión ^[2]. Esto es vital, ya que ahora estamos mirando más allá de los simples comienzos de fertilizar un óvulo, también estamos observando el potencial a largo plazo para que este embrión crezca en el útero debido a la implantación que depende de la producción de energía de los procesos mitocondriales. Se ha informado que parece existir una correlación entre niveles bajos de la CoQ10 en plasma y los abortos espontáneos [1].

Una nota interesante es que los investigadores también encontraron que, a pesar de que la administración de suplementos de CoQ10 mejora la función mitocondrial y la calidad de los óvulos, incluyendo un retraso en el agotamiento de las reservas de ovarios ^[1], no tuvo impacto sobre las reservas ováricas o calidad de los óvulos de las hembras jóvenes, lo que sugiere que la CoQ10 es beneficiosa para fines de fertilidad solo en aquellas poblaciones en las que la disfunción mitocondrial está presente y la producción de energía se ve comprometida ^[1]. Esto respalda aún más la noción de que la disminución relacionada con la edad en la capacidad fértil está directamente relacionada con la salud mitocondrial y la producción de energía.

En resumen, se entiende que la función mitocondrial juega un papel vital en la producción de energía de la célula, lo que puede afectar la calidad y cantidad de óvulos de una mujer ^[1]. Cuando las mitocondrias no funcionan correctamente, la energía no se produce en abundancia y hay una disminución de CoQ10 ^[1]. Esta disminución de la CoQ10 y la energía se correlaciona con una reducción en la capacidad de un embrión para implantarse en el útero ^[2], así como en la calidad y cantidad general de los óvulos de una mujer ^[1]. En estas circunstancias, los resultados de la investigación sugieren que es probable que se presenten problemas de fertilidad ^[1,2].

Los problemas de fertilidad relacionados con la edad son cada vez más preocupantes y tienen una gran importancia debido al número cada vez mayor de mujeres que posponen el embarazo y el parto para más adelante en sus vidas. En la actualidad, no existe otra intervención aparte de la donación de óvulos más jóvenes y sanos, que sea capaz de contrarrestar los efectos adversos del envejecimiento en lo que respecta a la fertilidad de la mujer [2]. Con esta comprensión vital del papel que juega las mitocondrias en la producción de energía y cómo esto afecta a la calidad de los óvulos de una mujer, además de la capacidad de un óvulo fertilizado para implantarse en el útero, podemos apoyar la capacidad natural del cuerpo para restaurar la armonía y vitalidad en sí mismo, utilizando la Coenzima Q10 para estimular la producción de energía de la célula y, a su vez, posiblemente, respaldar el derecho natural de las mujeres a tener hijos.